El peligro en Japón tras el terremoto  ocurrido en la zona norte del país no parece reducirse. El reducido número de victimas fatales en comparación a la magnitud del desastre ocasionado por el terremoto  podría verse incrementado por el peligro latente alrededor de la planta nuclear de la localidad de Fukushima.

La central nuclear de esta localidad ha sido cerrada tras el terremoto debido a las dificultades de los técnicos de la planta para enfriar uno de los reactores. A pesar de la estricta política de seguridad nuclear y los numerosos planes de contingencia que exige el gobierno japonés para casos de desastre natural, el gobierno japonés ha decretado "estado de emergencia nuclear", cerrando numerosos reactores nucleares en varias plantas del país y reduciendo momentáneamente la provisión de energía eléctrica.

Esta medida ha conllevado a que las autoridades decreten la evacuación de las 2mil personas que viven en la localidad de Fukushima por temor a un posible colapso.

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Ha sido anunciado que son 11 los reactores que han sido apagados para prevenir posibles daños en diferentes puntos de Japón.

Se ha anunciado también que en las próximas horas se liberará vapor nuclear en la planta para poder reducir la presión dentro del reactor. La empresa que opera la estación,  Tokyo Electric Power Co, tiene la intención con esta acción reducir la presión al interior de uno de los reactores de la central nuclear Fukushima, el cual tiene problemas con el sistema de enfriamiento.

Hasta el momento no ha sido confirmada una fuga radiactiva.  La Agencia internacional de Energía Atómica con oficinas en Viena ha pedido mayor información a las autoridades Japonesas sobre el tema. Sin embargo, fuentes de la BBC señalan que el organismo de seguridad nuclear japonés aseguró que en los alrededores de la planta nuclear, la radiación ya es 1.000 veces mayor de lo normal.