Mario Vargas Llosa, el Político
En 75 años de vida la imaginación de nuestro premio nobel Mario Vargas Llosa ha dejado sobre el papel las más memorables ficciones que hoy llenan de orgullo a nuestro país. Pero cabe recordar una historia protagonizada por Don Mario, escrita no con su pluma sino con sus acciones. Una historia que para muchos quedó inconclusa. La aventura de Vargas Llosa en la arena política.
“Cada vez que me han preguntado por qué estuve dispuesto a dejar mi vocación de escritor por la política, he respondido <<Por una cuestión moral>>”. Es con estas palabras que Mario Vargas Llosa justifica en "El Pez en el agua" aquella desafortunada aventura política que lo llevó a postular a la presidencia en las elecciones de 1990. Queda para la fantasía pensar que país tendríamos ahora de haber salido elegido nuestro ahora nobel de Literatura. Por ahora, queda recordar aquellos episodios clave de esa época a través de sus memorias, en la cual nuestro escritor soñaba con transformar el país.
1. Nace el Movimiento Libertad
Corrían los años del primer gobierno de Alan Garcia. Aquel 28 de Julio del 87 Mario Vargas Llosa escuchaba el mensaje presidencial que anunciaba la decisión de García de estatizar los bancos del país, medida que se sumaba a otras similares de agudo corte progresista. Como reacción, días después Mario escribiría el enérgico artículo “Hacia el Perú Totalitario” en el diario El Comercio criticando la populista medida. Y fue así como en un devenir frenético el escritor se convirtió sin proponérselo en el líder de una tenaz campaña contra la estatización de la banca.
Aquella corta campaña civil tuvo su momento cumbre en la movilización del 21 de Agosto en la plaza San Martín. El rotundo éxito de esa noche marcaría el nacimiento del Movimiento Libertad y el inicio de su carrera política. Sobre aquel episodio Mario escribiría en sus memorias: “Algo debía haber cambiado en el Perú cuando una muchedumbre así me escuchaba decir, aplaudiendo, que la libertad económica era inseparable de la libertad política, que la propiedad privada y la economía de mercado eran la única garantía del desarrollo”.
2. Se consolida el Frente Democrático
El 29 de octubre de 1988 en una simbólica ceremonia en Trujillo se creó lo que fue conocido como el Frente Democrático, también denominado como FREDEMO. Liderando este frente Vargas Llosa no estuvo solo. Pactó con las principales cabezas de los partidos tradicionales Acción Popular y el PPC, en aquel entonces el ex presidente Fernando Belaúnde Terry y el ex alcalde de Lima Luis Bedoya Reyes.
Por esta alianza Vargas Llosa fue duramente criticado y se señaló como un factor decisivo que determinó posterior derrota. El mismo manifestaría sus sospechas: “Esa alianza, dicen los críticos, restó frescura y novedad a mi candidatura e hizo que aquella apareciera como una maquinación de los viejos políticos de la derecha peruana para recuperar el poder a través de mi interpósita persona”. Sin embargo Vargas Llosa decidió correr con el riesgo de aliarse con estos personajes por la convergencia de ideas que estos políticos presentaban y por la útil experiencia que podrían brindarle
3. La decepción en primera vuelta
Ciertamente Vargas Llosa tenía previsto ganar las elecciones en primera vuelta. Sus principales contendientes, el Apra y las fuerzas de la izquierda, se encontraban seriamente debilitados. El primero por demostrar una severa incapacidad para resolver los problemas más acuciantes del país (crisis económica, terrorismo) y los segundos por encontrarse inmersos en contradicciones y luchas internas. Este panorama se vio seriamente desdibujado con la emergencia de un personaje totalmente desconocido y enigmático, el cual en las tres últimas semanas de la elección arremetió inesperadamente haciéndose de los primeros puestos en los sondeos de opinión. Alberto Fujimori.
Aquel 8 de Abril de la primera vuelta Mario Vargas Llosa perdió gran parte de la esperanza de salir elegido. “De inmediato advertí la catástrofe: había perdido tres puntos –estaba en 36%-, Fujimori mantenía su 25%, el Apra bordeaba el 20% y las dos izquierdas juntas el 10%. No se necesitaban dotes de adivino para leer el porvenir: habría una segunda vuelta en la que apristas y comunistas volcarían en bloque sus votos a favor de Fujimori.” Incluso, Vargas Llosa señala en "El pez en el agua" que contempló la posibilidad de renunciar a la campaña y ceder la victoria a Fujimori a cambio el cumplimiento de algunos puntos programáticos; obviamente fue férreamente disuadido de cometer aquella acción.
Aquella noche Fujimori se acercaría al hotel en el cual su comando de campaña se había reunido a esperar los resultados. Ese sería su primer encuentro. Sobre sus impresiones Vargas Llosa escribiría: “Era más pequeñito de lo que parecía en las fotos y totalmente japonés, incluso en cierta defectuosa manera de pronunciar el castellano”. El registro queda en el video.
4. El debate presidencial
Cuenta para la historia como uno de los debates presidenciales más encarnizados. Celebrado el 3 de Junio de 1990, el moderador Guido Lombardi poco pudo hacer ante los ataques dirigidos desde una y otra parte. Uno acusó al otro de haber consumido drogas en su juventud, el otro de tener en su lista congresal a una candidata juzgada por narcotráfico. Uno acusó al otro de querer enviar al país al abismo mediante un shock económico, el otro de pretender administrar un país sin haber podido siquiera hacerlo bien en una importante universidad nacional. Y así siguieron los ataques.
En aquella ocasión Vargas Llosa tuvo que enfrentarse a un oponente que había llegado a la contienda con fichas en mano, preparado para todo. "Durante el llamado debate me sentí, me imagino, como aquellos ajedrecistas que juegan partidas contra robots o computadoras", señalaría el escritor. Sin embargo, este episodio sería señalado por el como uno en el que se sintió realmente satisfecho de su participación, complacido de su desempeño.